El 8 de junio de 1692, más de cinco mil indios de los setenta calpullis de la ciudad de México, cansados de ser maltratados, azotados y desatendidos por la autoridad, y acaudillados por Samuel y Lorenzo, deciden acabar con el mal gobierno del virrey conde de Galve. Mientras que en la ciudad escasea la carne, no hay medicinas, sí muchos robos y asaltos en las calles y se vive una de las peores crisis de alimentos porque la cosecha de maíz es muy mala por el exceso de lluvias de febrero, al que se agrega una plaga de chahuistle que ha destruido el trigo, los indios sobreviven al tiempo que se preparan para exigir justicia y el respeto a sus derechos y a la posesión de tierras. La sorpresa que les brinda la procesión del Corpus la aprovechan para iniciar un motín que principia con una singular pedrea y concluye con el incendio del Real Palacio cuyas consecuencias son inesperadas.
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