Su nombre es acaído. Castreño de corazón y con rostro medieval. CASTRO VERDE, matrimonio de palabras con dos grandes atributos: inmanencia de la Historia y hechizo del Paisaje que sitúa a su condado en el concierto del mundo. La Fortaleza conjuga el vigor de regios castros y el furor de legendarios caballeros. Por los ojos de sus muros acierta a avistar esas escenas heroicas que nos permiten soñar con su antiguo historial: la prodigiosa memoria de este pueblo señorial. Llamada Mira Fermosa por aquellas gentes de viejo, sobre su piedra labró la figura de un guerrero; mas siempre para sus siervos se disfrazó de gaitero. Y cuentan que acompañó a la Virgen del Castillo, en la fiesta en que regresa a lo alto de la villa, con grandes fastos y antorchas para alumbrar el camino de vuelta a su ermita. También es índice erecto, firme puño retador, ante la falsa mirada de los que ocultan su honor: castillo de Castros de Lemos, con círculos en su escudo, y de los lobos de Ossorio o de Moscoso, y de torres de Altamira.
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9788413316567
468
160x235
Tapa blanda con solapas
2019-11-25 11:24:54
Grupo Editorial Círculo Rojo SL
Español
Ensayos literarios (DNF)
Fue creciendo a la sombra de su castillo feudal, cuando esa Fortaleza era un temido bastión y él venía a Castro Verde por la feria quincenal.
Aquellos viejos caminos que lo acercaban al Castro traían desde el Medievo el canto alegre del carro. Pronto los fue recorriendo en numerosas jornadas, sin reparar que allá arriba esa torre misteriosa también le marcaba el paso.
No le sorprende al fortín que aquel estudioso de entonces sea ya su valedor. Doctor en Filología, prolífico historiador. Autor de numerosas obras con diversos galardones.
Ahora con este libro, Polín regresa al castillo, a su burgo y alfoces. Los señores con sus rentas, la extensión territorial, los vínculos y mayorazgos, sus alcaldes y escuderos, los pleitos y los combates, herencias y testamentos. Los dibujos que en la piedra guardan su fundamento.
Puso en marcha una cruzada por dar prestigio a esta plaza, la tierra donde nacieron esas gentes de su raza: labradores esforzados, mujeres de vida esclava. La memoria de su pueblo y el mensaje que transmite la verde Naturaleza.
Fue mostrando las entrañas de la vida medieval: el Camino de Santiago que acaricia su castillo y que llega desde Oviedo procurando su destino. Los templos y monasterios, sus veredas y calzadas.
Los mártires de nuestras guerras. Los artículos de Reigosa (cronista castroverdense). Y trajo El Caballero Verde, de nuevo a la Fortaleza (doscientos años atrás fuera obra de Vicetto). Y la noche de San Xoán, esos versos del poeta pionero: Luís González do Cando, hijo de Monte Cubeiro. (Yacían todos perdidos, sin la honra merecida).