Serguey Amirov es un hombre con un inusual destino, ya que en más de una ocasión en su vida tuvo que estar fuera de juego. Pero su amor por la vida, y por el violín, que lleva tocando más de 60 años, lo ayudaron a levantarse y volver al campo de juego de la vida, por muy desesperadas que parecieran las situaciones. Después de graduarse en el Conservatorio, sufrió una lesión en la mano incompatible con tocar el violín. El violinista de 25 años, un atleta, además, que tenía perspectivas brillantes en la música antes de su servicio militar, pasó de un momento a otro a ser una persona discapacitada, inútil para el resto, que no recibió otra sentencia o consejo de parte de multitud de médicos que la de cambiar de profesión. Su peso corporal aumentó en 30 kg, su cuerpo dejo funcionar, los intentos de tocar el violín sólo le causaban crujidos y dolor insoportable por todo el cuerpo. El futuro no es que pareciera aterrador, sino que, simplemente, dejó de ser una posibilidad. Un masajista en concreto, después de conocer su historia, le dijo que ni los médicos, ni los masajistas podrían ayudarlo a desbloquear su brazo, cuerpo, y su destino, mutilados: “Sólo te violín te podrá ayudar a desbloquearte, toca atravesando el "no puedo más" y el sufrimiento, y gradualmente conseguirás, puede que no todo – pero sí mucho”. Dado que no había otra alternativa, Serguey comenzó a buscar información sobre los movimientos de los violinistas. Pero tal información, ¡No estaba en ninguna parte del mundo! y Serguey se vio en la tesitura de inventar la “Ciencia de los movimientos de los violinistas”, por su cuenta. “Anatomía de la música” es el resultado de sus 40 años de búsqueda de la verdad sobre los complejos movimientos del violinista en términos de siete Ciencias exactas: anatomía, fisiología, biomecánica, neurofisiología, física, acústica, y balística. En palabras del autor: “La "Anatomía de la música" puede servir para muchos músicos, como una referencia de los problemas científicos que existen en la interpretación de violinistas, violistas, o directores de orquesta, así como también a modo de una metodología para deshacerse de la mayoría de estos problemas. Muchos músicos tienen dificultades para la realización de los propios movimientos durante su ejecución, por diversas razones. Sin saber la causa de sus problemas, ni cómo solucionarlos, tienden a esconder esa carencia, con la ayuda de varios "trucos" con la esperanza de que los demás no se den cuenta. No hay espectáculo más triste que ver tales esfuerzos, de músicos, o directores, que aprendieron "como todos lo hacen" (y alguna vez mejor que los otros), y que todos esos problemas derivan del desconocimiento de algunos de los principios básicos que están detrás de la Ciencia de los movimientos de los músicos, porque tales tecnologías en los conservatorios aún no se enseñan”.