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En el primer poemario se pueden destacar algunas ideas recurrentes:
Es muy juanramoniana la aspiración del poeta a convertirse él mismo en poema. De ahí las referencias
a la función misma del lenguaje, como se ve en Sapiens o en Los signos. El poeta
lo transforma todo conscientemente (y expresamente) en palabras para dar otra existencia a la
realidad, sea la propia vida interior o bien el espacio físico por el que se mueve en sus caminatas
diarias.
Dada la edad del autor, los recuerdos de la infancia se enlazan fecuentemente con las vivencias
del presente: cuando “se junta/la cándida primera luz del alba/con el brillo rojizo/que precede a la
noche”.
La idea de pertenencia al cosmos está presente tanto en lo más circunstancial, (la reparación de una
avería en el sistema de riego), como en la evolución del planeta hasta convertirse en un espacio
habitable.
El segundo poemario (PROFUNDO OLVIDO) pertenece a una etapa anterior (años ochenta).
Si el primero refleja la residencia a orillas del Mediterráneo, el segundo muestra el tiempo vivido
a orillas del Cantábrico, donde el autor ejerció su profesión.
Está muy presente el entorno geográfico donde el poeta vivió esos años, frente a la ría del Nervión.
El amor aparece como una sublimación simbólica del verano a orillas del mar; junto a temas
ya presentes en el poemario anterior: el hecho mismo de escribir o la formación de la propia identidad
personal.
En el epílogo se incluyen cuatro poemas pertenecientes al momento presente en los que se narra
la desolación producida por el derribo del pueblo de Pedrosa y su desaparición bajo las aguas del
embalse, y la diáspora de sus habitantes.
Lucinio Alonso Alonso nació en 1934 en Pedrosa del Rey (León), pueblo demolido cuyos escombros
yacen bajo las aguas del pantano de Riaño.
Ha sido Catedrático de Instituto de Lengua y Literatura españolas.
Es coautor de una antología básica para Primaria (LETRAS I y LETRAS II) publicada por la
Ed. Vicens Vives, así como de los cursos de Lengua y Literatura para Bachillerato (ACTIVA I,II y III),
también publicadas por Vicens Vives.
En 1958 obtuvo el premio ALCARABÁN de poesía, de Arcos de la Frontera, por el poema PUEBLO,
que incluyó AGUILAR en su antología de poetas contemporáneos de 1959.
En 1966 obtuvo el premio de poesía CARABELA, de Barcelona, por EL PULSO DE LAS HORAS.
En 1979 Escuela Española le publicó el poemario COMENTARIOS Y SOLEDADES.
Ha desarrollado su actividad profesional fundamentalmente en Bilbao y en Guecho.
Actualmente vive jubilado en Jávea (Alicante).
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