Han pasado diez años. Intensos. Y sobre ellos he escrito. Sobre la plenitud de existir. Sobre el amor más bonito y arrollador. Porque tuve la suerte de volver a encontrarlo. (Y vas tú y llegas y me enseñas… a hacer con arte un huevo frito/ A atarme bien los cordones/ A quitarme la arena de los tobillos/ A amar sin guardarse nada… A que aquí no hay vencedores ni vencidos…) También sobre el desamor cuando duele profundo. Sobre la soledad. España cayó en una crisis sin precedentes. Y yo caí con ella. He escrito sobre perder la autoestima. Y hasta la fe. Sobre ese poderoso agujero negro. Sobre derribar casi todo para construirlo de nuevo.
El mundo se sostiene sobre cimientos materialistas y despiadados. Patriarcales. Lejos de toda justicia y humanidad. Generando graves desequilibrios. Esto no funciona. Todas lo sabemos. No hay planeta B. Ni humanidad B. Y será feminista o no será. (Hombre nací mas reniego del macho./ Ser humano antes que nada./ Si te matan a ti yo también sangro…/ HERMANA…)
Pero existe la esperanza. La viví junto a otros muchos. En las plazas. En un mundo así, alzarse es casi un deber. Y también sobre ello escribí. Mayos de luz y de insurrección. (…y que Dios me dé valor para honrar los que se fueron…./ y preñar las bayonetas de claveles nuevos./ Hoy alzo yo, como David, mi honda al viento./ Vaya esta piedra y mis versos por ellos…)
Han pasado diez años. Con momentos duros. A ellos les doy las GRACIAS. Haber sufrido es haber aprendido. Desaprendido. Crecido. Y jamás lo olviden: "si existen las sombras... es porque hay una luz". Un abrazo enorme.
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