«Tuve suerte. Sí. Antes de un año de acabada la carrera, con el título en el bolsillo y además trabajando, me vinieron a buscar: -Eduardo hay un trabajo muy especial para ti en Sudamérica, contratado por tres años. Te encaja: defender el tema de una patente que los norteamericanos quieren recuperar. Allí, en Brasil, Uruguay y Argentina, me percaté que, dentro de las muchas personas que tuve que tratar, los judíos eran los más duros y hábiles a la hora de negociar, pero ¡cuidado! Estos eran extremadamente serios, correctos y cumplidores: una vez cerrado un trato ya era ´trato cerrado` y eso se agradecía. Esta experiencia y lo que siempre he tenido como injusta expulsión me condujeron a escribir sobre ello. Se trata de una historia familiar, ficticia, aplicable a muchas otras de las expulsadas que se fueron a Sudamérica y que, con los años, los más jóvenes, ahora, desean para volver a instalarse en Israel, pasando previamente por Toledo, la antigua y primera capital de lo que hoy día ya es la España de la Península Ibérica, de donde injustamente, insisto, tuvieron que marchar».
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9788417382131
602
152x228
Tapa blanda con solapas
2018-06-14 14:38:10
Caligrama
Español
Ensayos literarios (DNF)
Como doctor ingeniero industrial, freelance, Eduardo Ponsa Baldebey ha ejercido profesionalmente dentro de cuatro continentes y, también, ha destacado siempre como líder de sus compañeros bachilleres, ingenieros, alféreces de milicias universitarias, teólogos y comoDirector de Admisiones del Consejo Superior Europeo de Doctores.
En su juventud escribió el Libro de Boda, con sobrado éxito comercial y ahora ha escrito este otro, titulado De Belén a Belén sobre la expulsión de los judíos sefarditas, vergonzosa e injustamente instigada por el inquisidor Torquemada, en la época de los Reyes Católicos.
Al margen de la fantasía que le pide la novela hay momentos y episodios que requieren precisión y veracidad y como «no quería equivocaciones» cursó cuatro años y medio de teología. Ello le ha permitido, además, ser valiente a la hora de criticar rancias, ridículas e inadmisibles creencias de todo punto rechazables hoy en día.
Eduardo, sin embargo, donde más feliz se siente es junto a su familia, con su esposa Mae Masana, sus cuatro hijas Mónica, Sandra, Sonia y Miriam y sus respectivos maridos, rodeado de sus trece brillantes nietos, con los que se reúne al completo varias veces al año