Este libro nació sin querer serlo. Comenzó como un diario de supervivencia, con fechas, con días buenos y días en los que respirar era suficiente. Es la historia que empezó a escribirse como una forma de entender lo que se estaba viviendo.
“El nombre del dolor” narra las luchas internas, los momentos de confusión y las lecciones extraídas de la muerte de un ser querido, todo a través de una voz honesta y cruda. Más allá de ser un relato sobre la depresión, es un testimonio de cómo, sin saberlo, las palabras fueron el primer paso hacia la sanación.
Este libro es un abrazo a quienes sienten que la oscuridad los consume, recordándoles que siempre hay una razón para seguir respirando.
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