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Acerca del autor
Hace mucho tiempo, en un lugar de España, nació un niño al que pusieron el nombre de Antonio.
Era un pequeño normal y corriente.
En esa época —y, sobre todo, en su familia— era costumbre contar o leer cuentos a los hijos. Los abuelos también contribuían a esa costumbre.
El niño se fue haciendo un poco más mayor y, como había aprendido el hábito de lectura y adquirido la costumbre de escuchar, comenzó a leer. Primero, los cuentos que más le habían gustado; después, todos aquellos que le llamaban la atención, aunque dejándose aconsejar por sus padres.
¡Ah!, ¿queréis saber los títulos de esos cuentos...? Bueno, os indico algunos, eran los clásicos de esa época: Caperucita Roja, La Cenicienta, El gato con botas y... muchos más.
A todo esto, el tiempo seguía pasando.
Entonces tuvo su primer hijo. Y cuando este cumplió más o menos dos años, ya fuese por la costumbre adquirida o porque a Antonio le gustaba y le sigue gustando (quizá por ambas cosas), comenzó a contar y leerle cuentos a su pequeño, sobre todo antes de dormir. Tantos cuentos en tantas noches que llegó un momento en el que no tuvo más remedio que releerlos. Aunque esta situación no duró mucho tiempo, pues empezó a inventarlos, combinando la invención con la repetición de los leídos, intentando captar su atención y que no perdiera el gusto por escuchar e imaginar.
Al principio, los cuentos que se iba inventando eran desastrosos (únicamente había que ver la expresión de la cara de su hijo). Sin embargo, inmersos en esta tesitura, ¡se le ocurrió un cuento que al fin cautivó su atención!: El pececito de colores.
Su hijo pedía que le repitiera ese cuento en multitud de ocasiones. Después Antonio tuvo una hija y a ella, por suerte, también le gustaba mucho.
Transcurrido el tiempo, más del que hubiese deseado, se decidió a escribirlo, pues hasta el momento solamente estaba en su memoria, y a publicarlo, con una humilde intención: que cualquier niño disfrute de su lectura, entrando en el mundo de la imaginación…
Antes de terminar, quiero agradecer vuestra atención a todos los que leeréis este cuento. Ahora permitidme que me despida recordando una cita de santa Teresa de Jesús sobre la lectura: «Lee y conducirás; no leas y serás conducido».
Ilustradora nacida en Puerto de Sagunto (Valencia). Desde bien pequeña le interesó el mundo del dibujo y la ilustración, si bien no pensó en convertirlo en su profesión hasta que en 2020 autopublicó su primer cuento infantil. A raíz de ello empezó a formarse de manera autodidacta, a través de cursos y comenzó a trabajar como ilustradora en diferentes editoriales. Actualmente combina el trabajo de ilustración sus otras dos pasiones: el diseño de interiores y la pintura mural.
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