En el verano siempre hay moscas

Juan Blasco Martínez

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Sinopsis

Esta es la historia de un hombre y una mujer, nada nuevo en el mundo…, su encuentro en circunstancias complicadas, su amor. Dos países, dos culturas, dos religiones, dos niveles económicos, una ocupación por medio, el terrorismo…, todo lo puede el amor. Dyla y Zelmai se encuentran, se atraen y enseguida se unen en el amor, en la atracción física, en la salvación de sus almas. Hace muchos meses leyendo en la prensa diaria una terrible noticia sobre los numerosos muertos ocurridos por la explosión de unos bombas en la Medina de una ciudad árabe, colocadas en los cuerpos de unos inmolados terroristas y accionadas por ellos mismos y por las decisiones de sus compañeros miembros de la misma cédula terrorista, pensé que de aquella noticia saldría una historia. Y así ha sido, puesto ante el ordenador en tiempos tranquilos de espíritu, comencé a redactar estas páginas que espero vais a leer y que os entretendrán. Os animo a que os lancéis a la redacción de historias, de vuestra propia vida si cabe… Adelante, ha sido una bonita experiencia que me gustaría compartir con todos vosotros.

Ficha Técnica

ISBN/13:

Num. Páginas:

Tamaño:

Encuadernación:

Año:

Editorial:

Idioma:

Temática:

9788411594509

180

150x210

Tapa blanda con solapas

2023-02-09 16:39:39

Grupo Editorial Círculo Rojo SL

Español

Ficción moderna y contemporánea (FA)

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Acerca del autor

Juan Blasco Martínez Autor

Juan Blasco Martínez Oña Nací en Madrid, barrio de Chamberí en 1948, arquitecto superior de profesión. He sido durante 38 años funcionario público siempre en temas de arquitectura, vivienda y urbanismo, y mis últimos años he sido director general de arquitectura y vivienda, y viceconsejero de vivienda de la Comunidad de Madrid 2004-2011 y concejal de urbanismo en las Rozas de Madrid, años apasionantes y muy interesante al servicio público. Todo un orgullo para mí estos años finales de mi carrera profesional. Durante muchos años, he querido escribir. Mi madre Mary siempre me decía que redactaba muy bien y por fin, ya jubilado y siguiendo aquello del poeta José Martí de que todo hombre debe tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro, solo me faltaba esto último. Hoy mi vida podría resumirse en los paseos por la bonita ciudad de Madrid con la cabeza alta mirando sus edificios, la cerámica (me pueden seguir en Instagram), el golf —dicho humildemente— y la lectura, y ahora quizás también la escritura.