Marionetas desterradas Surgiendo de la inocencia, un instante cruza clemente y fugaz el primer destierro de los hombres. Permanece apoyado en su soplo de vida, ignorando la caída de las sombras. Susurros de marionetas que derraman doloroso serrín de sus pies de trapo, perfume de terciopelo intimidado por el repentino estallido de las pisadas. Torsos desteñidos que se aproximan a las rejas entramadas de coronas y agujas mientras se levantan torres de humo. En su sufrimiento de madera, pervive todavía un instante consumido por esta tierra de lágrimas y astillas.
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