Érase una vez una princesa muy caprichosa que solo se miraba a sí misma. Un día se fijó en un bonito colgante con una esmeralda preciosa, y a pesar de ser advertida de que su mal uso solo le traería desgracias, ella no dudo en poseerla.
Vinieron las desdichas, y sola, triste, sin nada, la princesa partió a tierras lejanas, donde conoció a una familia que le brindó su hogar, su amor y bondad sin esperar nada a cambio. Fue entonces cuando comprendió que amar con un corazón limpio y puro saca siempre lo mejor de ti y te brinda la oportunidad de vivir cada día con ilusión.
Aún no hay valoraciones. ¡Sé el primero en valorar este libro!