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Los símbolos políticos, el ceremonial y las distinciones oficiales del Reino de España.
Fernando García-Mercadal y García-Loygorri (Autor)
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Sinopsis
La Monarquía y los emblemas políticos despliegan una función estabilizadora y conservadora de las instituciones y de la realidad social. Los reyes, las banderas, escudos, himnos, fiestas oficiales, premios y distinciones, y demás signos fundantes de la cultura, refuerzan el imaginario colectivo, dando coherencia interna a la actividad de los órganos de gobierno y ofreciendo a los ciudadanos una sensación consoladora de protección, armonía y continuidad.Esta apreciación es cada vez más compartida por juristas y científicos sociales, que no dudan en resaltar el valor ordenador de los rituales y dramatizaciones en la vida política.El presente ensayo se ocupa de los cuatro símbolos más importantes de la nación española, el Rey, la Bandera, el Escudo y el Himno, pero también de las fiestas oficiales, de las condecoraciones, honores y premios concedidos por las Administraciones públicas, el llamado Derecho Premial, así como del resto de las prácticas protocolarias y ceremonias de Estado, prestando igual atención a sus aspectos valorativos que a los puramente descriptivos o normativos.Su autor pretende demostrar como los poderes públicos de la España constitucional de 1978 han sido incapaces de generar y administrar eficientemente el capital simbólico por emplear la expresión acuñada por el gran sociólogo Pierre Bourdieu del que forman parte los emblemas nacionales, las ceremonias protocolarias y las distinciones oficiales. Y como esta deficiente previsión arroja un balance muy insatisfactorio en términos de cohesión social y territorial de nuestra nación. Principalmente, porque quienes se han propuesto erosionar, sin rebozo alguno, la legitimidad de nuestro sistema político han encontrado en la anorexia simbólica que padecemos un valiosísimo e inesperado aliado.