Natividad del agua

Carlos Navarrete Miró

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Sinopsis

Carlos Navarrete Miró escribió a lo largo de su vida un extenso y amplio poemario, en verso o prosa, de temática muy variada. Poemas dedicados al cante flamenco, otros a su infancia perdida…, sonetos, elegías a sus amigos fallecidos, otro poemario dedicado a temas filosóficos, reflexionando sobre el tiempo, la muerte, tan tratados en la literatura de todos los tiempos. Poeta con una mirada a veces intensa, pura, otras, aguda en la crítica al hombre y sus terribles secretos. Su obra pictórica se refleja en su poesía y a la inversa. Su dominio del color y la forma de reﬂejar mundos de una belleza sin igual se ven confrontados con otra obra más profunda, oscura, donde evoca el lado más terrible del ser humano. Así es también su poesía. Este poemario lo escribió pensando en su madre, la nostalgia de su niñez, los veraneos en la playa con la familia, la grandeza del mar… Es este libro un canto al agua, ese milagro del cual no vemos su belleza. Su simbolismo es profundo, el agua cura las heridas, es espejo del alma y sus sentimientos. Por vez primera, exponemos al mundo su obra, esperando que os transmita lo que nos transmitió a nosotros: un universo pletórico de vida y color, de candor y gozo de la vida. Carlos, poeta del alma.

Ficha Técnica

ISBN/13:

Num. Páginas:

Tamaño:

Encuadernación:

Año:

Editorial:

Idioma:

Temática:

9788413172675

150x210

Tapa blanda con solapas

2019-01-28 09:52:48

Grupo Editorial Círculo Rojo SL

Español

Poesía (DC)

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Acerca del autor

Carlos Navarrete Miró Autor

Carlos Navarrete Miró nació en Sevilla el 13 de enero de 1939 y falleció el 29 de enero de 2018. Con 18 años escribía poesía, y ya había iniciado su andadura como pintor. Fue catedrático de Filosofía y Letras, ejerció como profesor más de 33 años en Sevilla. Poseía un don creativo único, que ya desde muy joven causó sensación en charlas de café en Sevilla. Fue un hombre muy sencillo, que guardó para sí y sus más íntimos su obra pictórica y poética inmensa. Nunca intentó publicar, porque era muy humilde. Veía la vida con ojos de asombro, como un niño creador, pintar y escribir era como un juego gozoso para él. Siempre me decía en nuestros paseos que ese niño siempre le acompañaba. Fue un hombre extraordinario, amable, siempre con un brillante sentido del humor, generoso y atento con todos.