Clara tenía que llegar a Lisboa. Pero, en su lugar, llegó a una terminal donde los vuelos no salen, los enchufes son un bien escaso y la espera se vuelve permanente. Lo que parecía un contratiempo pasajero se transforma en un limbo con wifi intermitente.Porque hay lugares de paso que acaban pareciéndose demasiado a la vida. Y Clara, con su ironía intacta, empieza a sospechar que despegar no es solo una cuestión de aviones, sino de decisiones, disfraces y cierto tipo de café de máquina.Terminal eterna es una comedia existencial con toques de surrealismo aeroportuario. Una historia sobre lo que pasa cuando todo se detiene… y lo que descubres mientras tanto.
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