Eterna adolescencia… así nos encontramos muchas de las generaciones estancadas en mitad de crisis. Hay momentos puntuales de nuestra vida, que crean un antes y un después en nosotros. Momentos que marcan nuestra esencia, nuestra raíz, nuestro yo mas intenso. Esa parte de nosotros a la que volvemos en momentos de debilidad, de crisis, de inestabilidad… nos hace volver a juzgarnos, una y otra vez, como adolescentes. Como algo cíclico quiebra nuestros cimientos, nuestra base y vuelve a plantarnos desnudos ante la realidad, ante nuestro propio ser, nuestra existencia… Nos hace replantearnos una y mil veces quienes somos, porque la vulnerabilidad vuelve, como algo cíclico, a pesar de los años, a pesar de la madurez… son tiempos reversos.
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