Fracción Generatriz

Rosario Sabariego (Jaén, 1980) deletrea cada pálpito y lo enmarca; los teje a nuestra respiración, a nuestros rincones; convierte los sueños en acordes y los tiende sobre las cuerdas de nuestras mentes, para que los pájaros se posen sobre esos trazados en tiralíneas y nos ayuden a sobrevolar instantes, sin encorsetarnos a las geometrías. Su escritura se entremezcla con su afición por la fotografía por lo que Fracción Generatriz acaricia nuestro ser desde una breve pero bella imagen visual. Como escritora ha publicado en diversas antologías tales como la Decimosexta Edición de la Antología de la Nueva Poesía Hispanoamericana (Ediciones Lord Byron), Te mandaré mi aliento; tercer libro de la colección Versos sobre el Teclado 2006, Más allá del Cristal; cuarto libro de la colección Versos sobre el Teclado 2007, No los levantó la nada; segundo libro de la colección Poetas Solidarios 2008, I Certamen de Poesía Social Poetas Solidarios 2007, editados todos ellos por la ACP (Asociación Cultural Poesía en la red). También podemos encontrar sus versos en formato digital: Lunario I, Aprendiendo a sentir la música, ambos editados por publicatuslibros.com. Finalista del Primer Certamen Internacional de Poesía Social “Poetas Solidarios 2007” con su obra Cielos Dilatados. Su amor a la escritura le lleva a dirigir un programa de radio semanal “Castillo de Versos” en la radio de la Universidad de Jaén, Uniradio Jaén. Docente de corazón y vocación, Rosario Sabariego empuja el columpio –cuyo origen es su seno– y busca el destino, más allá de las nubes, allá fuera o muy dentro. Su poesía, emoción sin cuartel, tiene manos, nos acomoda, yema a yema; posee iris… nos contempla; encumbra la escucha… nos acuna; compone los aromas de nuestra vida… nos aspira e inspira. Su poesía es los labios que te susurran y besan –los que tú degustas– para hacerte partícipe de su bello aquelarre. Su poesía es ella, ella es su poesía y, por ende, lector, como escribió aquel bello taciturno de leyendas en montes de ánimas o misereres, la poesía –en la arboleda intensa y queda de este libro– eres tú.