Las voces que me susurran

Soy esa princesa de violín y lápiz en mano nacida en una ciudad valenciana. Soy esa princesa de tutú blanco y ojos negros sentada en el suelo mirando con ilusión un vestido de novia blanco, de escote corazón y cola, mucha cola. Soy esa princesa que se convierte en reina, que aprende a base de palos, que aunque su madre le diga que la cafetera quema, la tiene que tocar con sus dedos y darse cuenta ella misma del error cometido. Soy esa reina que no se pierde nada, que prefiere vivirlo a que se lo cuenten. Soy esa reina enamoradiza, sin filtro, que se deja llevar, que da segundas oportunidades a mares y que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Soy esa reina, con un par de ovarios, que después de tantas caídas decide escribir todo lo que se le pase por la cabeza, todas aquellas palabras que se quedaron en un rincón, todas aquellas experiencias surrealistas que la defoinen y que quiere compartir con sus futuros lectores. Soy esa reina que no se avergüenza de contarlo todo, con detalles. Soy esa reina que, después de tantos años tocando melodías, se convierte en una violinista profesional y un 25 de enero de 2015 da un pasito más. Gana coraje y empieza a escribir en voz alta. Lágrimas, risas, emoción y sentimientos escritos en mayúsculas y sin letras pequeñas.