AKI Y EL INMORTAL

Aki es una chica aparentemente normal, aunque algo más fantasiosa y taciturna que el resto de sus compañeros de clase y conocidos; fruto, tal vez, de una difícil relación con sus padres, y una extraña situación personal con su padrino Sensei, el director de su instituto. Desde hace aproximadamente dos años, Aki se siente fuera de lugar, hecho que se ve considerablemente potenciado por el profesor Ricardo, que parece odiarla profundamente por alguna razón desconocida. Retomando esta poco esperanzadora rutina tras unas largas vacaciones de Navidad, accidentalmente choca con el que será su nuevo compañero de clase: Haze, un muchacho de semblante serio y ojos esmeralda que llega para poner todo patas arriba. Desde ese momento, la vida de Aki da un giro inesperado, aunque la protagonista de esta historia aún no sea consciente de ello. Todo aquello que representaba una lucha interna continua —tratar con unos padres desinteresados y crueles, tener que aguantar los abusos de su profesor día tras día, intentar conciliar unos sentimientos imposibles hacia su padrino—, deja de tener tanta importancia cuando Haze empieza a hacer mella en su corazón para revolucionar los cimientos de todo lo que creía normal. Poco a poco, Aki va descubriendo que Haze no es un chico cualquiera, y nada volverá a ser lo mismo. La joven deberá enfrentarse a la realidad más cruenta de todas, cuando experimenta en su propia carne lo que es internarse en el mismísimo Mundo de las Pesadillas, teniendo que afrontar no solo su propia debilidad y un pasado oscuro que le persigue incansablemente; sino a criaturas y situaciones que jamás podría haber imaginado.