Antonio Costa, es un hombre, ya maduro, con más de 70 años, jubilado y viudo, que después de haber llevado una vida muy ordenada y de mucho trabajo, se aburre viendo pasar un día tras otro, sin nada que hacer. Es un buen padre de familia, con dos hijos casados y dos nietos y disfruta mucho de todos ellos. Espera siempre que, al menos una vez por semana, puedan juntarse con ellos y escuchar sus historias. Decide que va a escribir, pero la inspiración no le llegaba, así que decidió salir a la calle a buscarla. A partir de ese momento, su vida cambia completamente porque esa misma mañana es testigo de un asalto muy violento en el que fallece una mujer. Su vida se complica mucho, y debe abandonar su identidad por seguridad, trasladándose a vivir a una pequeña ciudad del norte de Madrid, donde conoce a Marisa, que se encuentra viviendo con su hija, en condiciones similares a la suya, por haber sido igualmente testigo de un arreglo de cuentas, donde asesinan a su marido. El Inspector Jefe Pascua, quien está detrás de la investigación policial, velando por su seguridad, ha dispuesto de las medidas de protección y mantiene con ambos un trato muy personal. Los días van pasando y varios hechos se suceden, no exentos de violencia, pero que van ayudando poco a poco a devolverles las ganas de vivir, y seguir disfrutando de la familia.
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