Aranda de Duero, trabajos en la posguerra, noviazgo, emigración a Bilbao y vuelta a Aranda. Se casa en mayo de 1949 con Miguel Gil, trabajador incansable. La Sacrosanta Madre Iglesia la induce a parir los hijos que Dios le mande: trece en total, en dieciséis años. ¿Cómo viven? ¿Cómo sobreviven? Desvelos , esfuerzos y sacrificios dejan una herencia de amor, enseñanza y gratitud en trece hijos, veintidós nietos y ocho bisnietos, a sus 95 años.
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9788413638737
208
200x200
Tapa blanda
2021-01-07 11:30:41
Grupo Editorial Círculo Rojo SL
Español
Biografía e historias reales (B)
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Nací en Burgos en 1954, cuarto hijo entre trece hermanos.
Bachillerato en Loeches (Madrid) en el Colegio Montfort (internado para misioneros) 1964-1970.
Licenciatura en Filosofía y Letras (Sección Psicología) Universidad Complutense, Madrid, 1971-1978
Residencia durante los estudios universitarios en el Pozo del Tío Raimundo y en Palomeras Bajas, en Vallecas, viviendo de alquileren un colegio de los Hermanos de la Sagrada Familia. Desde 1980 resido en Sabadell.
He formado parte de asociaciones diversas: la más reciente, recién jubilado, el Club de Ajedrez de Barberà del Vallès. Participé en Asociaciones de Vecinos, AMPA\"s y sigo manteniendo relación con otras entidades y ONG\"s de carácter solidario.
Entre las aficiones siempre he tenido en cuenta la lectura. Disfruto y participo mucho de la música, tanto clásica como popular: oir la guitarra de Paco de Lucía o escuchar a Vivaldi, Beethoven o Stravinsky ,son delicias exquisitas. Como aficionado, canto en dos corales, una de Barberà, \"A Quatre Veus\" y otra de Sabadell, \"Orfeó de Sabadell\".
Gracias al gusto de mis hijos por las construcciones humanas, \"els castells\" entré a formar parte de sus músicos y voy con ellos toando la gralla (similar a la dulzaina) por todas las ciudades donde actuamos en múltiples fiestas mayores.
Por insistencia de mi madre, en el internado aprendí nociones de música y comencé a tocar algún instrumento: órgano, bandurria y guitarra. Más tarde, de mayor, aprendí gralla y acordeón, que fue el instrumento de mi abuelo ciego, a quien ni mi madre llegó a conocer pues falleció cuando ella tenía 4 años. Pero hace ya más de un lustro que en verano o por Navidad disfruta, la madre, de melodías y canciones acompañadas de acordeón o guitarra y catadas en familia.