La mirada cirlotiana, que no vi y que tal vez no hubiera podido sostener, es abismo que me lleva a sus textos donde descubro nuevos misterios en cada mirar. En este poemario hablo de sueños, porque es allí donde se producen los milagros. El título surge de la obra. Lucifer: portador de luz, ángel caído, lucero, venus. Sus textos son excusa, motivo y referente en cursiva en los poemas. Cirlot fue un guerrero entre luces y sombras. El secreto de su ser oscuro se lo llevó consigo y nunca lo sabremos. Le he habitado. Y me he dejado habitar. No me arrepiento.
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