Este libro ha querido ser una amplia colección de retratos que, de algún modo, ejemplifiquen el caótico mundo actual, y que se han hecho típicos en el último siglo y medio, con el auge del positivismo y del modelo capitalista industrial: un modelo que lo convierte todo en arquetipos del establishment, sin incluir ese amplio margen que no cuenta en las estadísticas. La denuncia apunta en la dirección del individualismo y de la competencia, y de un mundo que sólo se estima en tanto que cifras de producción, traduciendo este impulso ciego en explotación e insolidaridad, al amparo del dios tecnológico que marca la única pauta a seguir. Y así, el producto subsiguiente: la soledad y la frustración, el olvido del mundo rural o la incapacidad del inadaptado para entender su situación, que ha de quedarse al margen por una profunda indefensión, incapaz de hacerse un sitio en lo que siente como una vorágine. Como telón de fondo, un futuro que ve sin esperanza, y que conduce al nihilismo, por intuirlo claramente distópico, cuando no a la locura actual, debido a la falta de todo estímulo. Y el drama de la rebelión, que siempre aparece abonada al fracaso, impotente ante el mecanismo que lo mantiene todo en su sitio, ese monstruo impersonal inmune a cualquier conmoción, a la manera de un Leviatán que no da siquiera la opción a soñar.
ISBN/13:
Num. Páginas:
Tamaño:
Encuadernación:
Año:
Editorial:
Idioma:
Temática:
9788410004511
382
160x235
Tapa blanda
2025-04-02 17:01:27
Universo de Letras
Español
Sociedad y ciencias sociales (J)
Nací en Ferrol en 1964, y se puede decir que no he hecho nada en la vida. Apenas alcancé a acabar mis estudios secundarios, y he suspendido todas las oposiciones a las que me he presentado. Tuve temprana vocación de músico, pero fue frustrada desde el principio. Mi decisión de ser escritor se ha producido por compensación; por aquello que dice el refrán de que, a falta de pan, buenas son tortas. Pero no hay arte que no me parezca muy por debajo de la música, excepto, quizá, la poesía, con la que hice mis primeros intentos.
A pesar de lo que pueda parecer, no estoy muy a gusto con la filosofía. Como lectura, prefiero la historia, la literatura e, incluso, la geografía, constituyendo una actividad diaria desde hace treinta años, poco más o menos, los mismos desde que escribí mis primeros poemas. Esta última actividad fue esporádica hasta hace poco, cuando el hecho de escribir sólo poemas me pareció bastante ridículo. Desde entonces, me he dedicado a escribir prosa regularmente, hasta alcanzar la cifra de seis libros, más un séptimo libro en curso. Tres de ellos son novelas, y los otros tres, colecciones de relatos. El que estoy a punto de terminar es también una novela. A esto hay que añadir material suficiente para dos poemarios. En total, hay seis libros completos en el cajón de mi mesa, sin contar el que se va a publicar, ni el que he presentado a concurso.
Y esto es todo. Seguiré publicando, si mi situación económica no lo impide, a parte de otros imponderables. Pero también eso está por ver.
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