Habitar la vida es soltar lo que me separa de ella, todo lo que no es este momento, y explorar la «posibilidad» que me ofrece. Habitar la vida es abrirme a la honestidad del sentir desnudo, adentrarme en mis miedos, destapar las heridas y dejarme sanar. Habitar la vida es descubrir y experimentar, tras esa apertura, una fuente interna de paz, equilibrio, creati-vidad y belleza. Experiencia de plenitud en la que respiro la vida en continua expresión, en la que la siento amorosa y la vivo maestra. Este libro es una historia de amor, o quizás no sea historia y simplemente sea una expresión de amor, porque lo es de vida… O, al menos, una mirada descalza y abierta a su vivencia transformadora.
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