En
la primera parte se habló de la personalidad que abarca el vehículo de
consciencia físico, el vehículo de consciencia emocional y el vehículo de
consciencia mental concreto. En esta segunda parte se abordan los vehículos de
consciencia profundos: el vehículo mental abstracto, el búdico y el átmico,
considerados las tres capas del espíritu humano. Se habla también de los
vehículos monádicos, que también son tres. Por orden de profundidad: átmico
superior, anupadaka y adi. Más profundamente, las tres capas de la divinidad:
la consciencia cósmica, o espíritu santo, o aspecto femenino creador,
mantenedor y destructor del universo, y el estado crístico, el de los humanos
que ya han alcanzado la libertad sobre la materia. Se trata de alcanzar dicha
libertad con el autoconocimiento, y se dan las pautas para conseguirlo.
ISBN/13:
Num. Páginas:
Tamaño:
Encuadernación:
Año:
Editorial:
Idioma:
Temática:
9788410334472
290
152x228
Tapa blanda con solapas
2024-10-17 09:44:17
Caligrama
Español
Ficción moderna y contemporánea (FA)
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<p style=\"text-align:justify\"><span style=\"font-size:11.0pt;font-family:"Arial",sans-serif\">Joaquín
Ponce Martínez nació el 5 de julio de 1963 en Cornellá de Llobregat
(Barcelona). Fue el décimo hijo de una familia de doce hermanos. Su madre,
cuando le dio a luz, estaba muy enferma, al borde de la muerte. Fue adoptado
por sus tíos, quienes le dieron una buena educación; estudió la infancia y la
E.G.B. en un prestigioso colegio de Hospitalet de Llobregat, el Colegio Tecla
Sala de los Padres Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús. Después decidió
estudiar electrónica en el instituto de F.P. de Esplugues, completando F.P. 1,
y terminó sus estudios en el Instituto Politécnico Virgen de la Merced de
Barcelona. Después trabajó de peón agrícola en una empresa familiar, dejando de
lado los estudios. Tuvo una juventud muy agitada y estalló su cabeza al manifestarse
la enfermedad que tenía de nacimiento, esquizofrenia, el día 4 de noviembre de
1984. Nunca dejó de estudiar por su cuenta; practicó yoga, kung-fu, qigong,
taichi y meditación desde los veinticinco años. Terminó la primera de sus obras
en dieciocho años de escritura, mucho estudio y horas de sueño. Ahora presenta
esta obra, que le ha costado veintiséis años de lo mismo: horas de sueño y
horas de estudio, pagadas de su bolsillo. Había días en los que sólo dormía cuatro
horas; el resto del tiempo lo dedicaba sin parar a la crianza de sus dos hijos,
y contó con el gran apoyo de su esposa. Aunque esté basado en otros libros,
nunca se ha escrito de manera tan sencilla sobre el tema de la consciencia, que
resuelve de un plumazo.
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