En esta obra juego con la añoranza de la tierra donde nací, dejándome allí mis raíces y parte de mi vida. Mi delirio entre la fantasía, con un punto de locura y con la magia de la palabra, fue lo que me dio fuerzas para denunciar las injusticias que se cometen en mi entorno. Por eso, desnudo en mis poesías a todo aquello que me parece injusto, o abuso de poder, por parte de las autoridades que ejerciendo el poder se extralimitan en sus funciones. Pero en mi obra también destaco el amor y la naturaleza. Tanta belleza que nos proporciona la primavera, con los pájaros cantores que nos da alegría, belleza y por supuesto, una gran satisfacción. Que nos da alas a nuestros cinco sentidos, de olores y colorido que nos trae el azahar del limonero y la fragancia del naranjo.
También le escribo al universo que me fascina, disfrutar de una tarde de primavera con la mirada fija en el horizonte, a donde se confunden el color azul del cielo, con los grises y los rayos solares debilitados por la sombra nocturna que va cubriendo poco a poco, aquellas hermosas tierras de aquel hermoso valle privilegiado por la naturaleza. Como toda Andalucía lleva el flamenco en la sangre, yo también lo llevo. Para hacerle honor a esa tierra hermosa le escribo estas poesías y sevillanas, que me salen del alma.
ISBN/13:
Num. Páginas:
Tamaño:
Encuadernación:
Año:
Editorial:
Idioma:
Temática:
9788417110529
312
160x235
Tapa blanda
2020-07-01 14:53:36
Punto Rojo Libros S.L.
Español
Poesía (DC)
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Francisco Ruiz Hidalgo, nací en el Valle de Abdalajís, provincia de Málaga. Un pueblo hermoso a los pies de la Sierra del Valle y al fondo, el Arroyo Las Piedras.
Con su ermita en la sierra, blanca como una paloma, rodeada de palmas y acebuches, resaltan sobre los grises de sus desfiladeros de piedra caliza, por donde las cabras montesas corretean cuando llega la primavera y se pone en marcha el ciclo de la reproducción del reino animal.
Los sentidos se me echaban a volar cuando recorría sus campos llenos de vida y belleza, con el olor a tomillo y romero.
En las tardes cálidas de la primavera. Aquellas tardes de gozo y satisfacción eran las que daban sentido a mi existencia.
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