Hace unos años, en el verano de 2021, empecé a escribir ideas y páginas sueltas de lo que ahora es Variante Z. Lo hice sin decírselo a nadie, me daba vergüenza. No se lo dije ni a mi madre, la mayor lectora que conozco y a la que le dedico este libro. Fue cogiendo forma y a finales de 2022 me marque dos grandes metas para 2023: publicar el libro y correr la maratón de Valencia. Según cuándo leas esto, habré cumplido ambos objetivos.
Ha sido un bonito proceso que me ha ayudado mucho y en el cual me han acompañado diferentes personas, aportando su granito de arena cada una de ellas. Por eso, me gustaría dedicarles a todas un pequeño espacio en este libro:
En primer lugar, sin duda, me gustaría agradecer y dedicar este libro a mis aitas, Marisol y Joxean, y a mi hermano Aitzol. Aunque esté lejos y os lo diga poco, os quiero mucho. Muchas gracias por hacerme ser como soy, no lo cambiaría por nada. Contáis con mi admiración eterna. Ama, ya puedes ir haciendo hueco en la librería de casa para Variante Z, un libro que es tan mío como tuyo. Va por ti. No me olvido de Bruce, ese precioso perro color canela que adoptamos en 2012 del cual sé que muchos os habréis enamorado a lo largo del libro.
Jorge, Pepe, Fran y Frankete, va por vosotros. Mil gracias por estar siempre, sin vosotros, las cosas hubieran sido muy diferentes. Jorge, siempre has sido como un hermano para mí, gracias por todo. Quien mejor que tú, para ayudarme con toda la parte médica, eres un genio. Pepe, gracias por todos los consejos y momentos de desconexión en la terraza, pero, sobre todo, por aguantar día y noche al pesado de turno hablar de su libro, nunca mejor dicho. Fran, qué decir de ti, compañero de mil batallas desde el día 1 de mi llegada a Valencia, no tengo palabras para agradecerte todo lo que haces por mí, sobre todo, por los pedazo de títulos que hemos puesto en cada parte del libro juntos.
Guille L. (gracias por ayudarme con toda la parte donde tocaba escribir cosas técnicas y sobre todo por aguantar todos mis rompecabezas desde Polonia), Eduardo L. y Manu, la uni nos juntó y desde entonces sois muy importantes para mí, os considero amigos de toda la vida. Qué sería de mí sin nuestras noches en El Café de las Luces (ahora Café La Maja, donde he escrito gran parte del libro) intentando arreglar el mundo, os quiero.
Guille T., Pani, Monir y Cotas, no me olvido de vosotros. Habéis estado conmigo en todo momento desde que empecé a vivir en Valencia, amigos como vosotros, pocos. Pani y Monir, os echo de menos.
Coral, mil gracias por todo, sé que aguantarme día a día a veces no es fácil y tú lo haces. Gracias por apoyarme siempre, sin dudarlo por un segundo, en todo lo que hago y saber ponerme los pies en la tierra cuando toca. De corazón, gracias, te admiro mucho.
Juan y Marta, gracias por animarme día a día a seguir con todo y valorar tanto todo lo que hago (de parte de Morris).
Patri, Carmen, Marian, Gloria (desde Manila, aguantado todos mis comentarios y dándome tu opinión), Eduardo A., Maite y Miguel Ángel (@elcalvolector). No sabéis de verdad lo agradecido que estoy de todo el feedback que me habéis ido dando mientras leíais el libro, sin duda, eran fuerzas para continuar escribiendo. Cada uno de vuestros mensajes al leer incluso páginas sueltas que os enviaba, me llenaban de energías.
Carol, muchas gracias por la motivación a seguir escribiendo, mientras tu ibas cumpliendo el objetivo de publicar “Amar no duele, pero si no te amase no dolería tanto”.
Gracias también a Mica, Eva, Ari, Joanjo y Rosa por sacar tiempo para leer la fase de borrador de Variante Z.
Por último, este libro te lo quiero dedicar a ti, Aitata. Sé que desde ahí arriba me acompañas día a día y que estarás muy orgulloso de mi, tu kabetzon.
Gracias a tí, lector. Espero que hayas disfrutado de este libro y hayas vivido la historia desde dentro. El camino no termina aquí, esto es simplemente el principio.