¿Qué tienen en común, entre otros, un calcetín, un perrillo al que le chiflan las lentejas, un aprendiz de psicópata, un hombre en silla de ruedas, un troglodita famélico, una máquina de coser, una vaca cantora, una abuela y sus nietas postizas y una peluquera que empieza un negocio y nada le sale cómo espera? Podría parecer que nada, pero sí que hay algo en común entre ellos. Algo muy importante y del que nos olvidamos a menudo: el sentido del humor. Si aprendiéramos a reír, empezando por reírnos de nosotros mismos seríamos mucho más felices. Este es un libro que pretende simple y llanamente entretener y hacer que el que lo lea se sienta mejor.
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