En la antigüedad, todas estas cosas daban mucho miedito, pero hoy en día, curiosamente, los seres que pueblan este libro son animadores a los que buscamos en nuestros momentos de ocio. ¡Qué fuerte!, ¡ni que fueran payasos...! ¡Si el fantasma de Canterville, del bueno de Wilde, levantara la cabeza...! Amigo lector: si consigues tener la empatía suficiente para imaginar los problemas de integración que sufren en la actualidad las momias, los vampiros, las brujas, los zombis y otros seres marginales, entenderás el porqué de este poemario. Que la estancia te resulte agradable.
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