?Esta rosa de otoño? como hogaza de buen pan, tiene que hacerse eco del repecho que siempre hay en todo camino que se precie, así Antonia nos deja sus migas dolorosas en A la sombra de la higuera o en el poema Dualidad como mejor pretexto para pararse a contemplar el paisaje, a tomar fuerzas para leer los estupendo versos que dedica a la amistad y mirarse Los zapatos y los amigos, o La Chaqueta de Martín; y al mirar a la tierra ?a su tierra? Antonia quiebra su sentimiento en Extremadura esencial o en Dime que no es mentira y aparecen, a un lado y a otro de su camino, los sentimientos bucólicos de los maizales maduros, de las grandes totoras de girasoles, del amarillo de los membrillos y cómo no, nos traslada el sabor del mosto y el almizcle de unos besos ya de otoño.
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