¿Felicidad o Conocimiento?: LA FILOSOFÍA APLICADA COMO LA BUSQUEDA DE LA FELICIDAD Y DEL CONOCIMIENTO

¿En el cerebro o en la mente?, ¿dónde se localiza el problema? Esta es la pregunta que las profesiones de ayuda que se ocupan de la, así denominada, “enfermedad mental” deberían responder si la terapia que ofrecen quiere ser de facto un éxito. Bien sea que el paciente se encuentra excesivamente feliz o triste, demasiado agresivo o indolente, sobradamente preocupado por sí mismo o descuidado, lo primero que hemos de responder es “¿dónde se localiza su problema?”. Si se determina que hay algún tipo de daño o disfunción en el cerebro físico, el problema es de índole orgánica o estructural, y lo más adecuado es derivarlo a profesionales de la medicina. No obstante, si la biología del cerebro es correcta, la dolencia debe ubicarse en la mente y, por tanto, será mejor derivar al sujeto a alguien que no sea un médico. Pero ¿a quién? Antes de que esta respuesta pueda ser contestada, hemos de considerar otro asunto: ¿qué es exactamente la mente? La sorprendente tecnología actual establece que sea una tarea relativamente fácil para el profesional decidir si el problema de un paciente consiste en una clase de disfunción cerebral. La maquinaria que nos ofrece el conjunto de técnicas derivadas de la imagen cerebral permite a los médicos en los hospitales modernos estudiar tanto la estructura cerebral como su morfología dentro de pacientes vivos. Cuando los técnicos instruyen al paciente para que calcule el valor total de tres monedas, una parte de su cerebro se enciende con actividad; cuando se le pide que recuerde un acontecimiento feliz, una parte diferente de su cerebro se dispara y cuando se le solicita que rememore la cara de una pareja amada, una tercera parte del mismo provoca destellos de acción. Los colores en la pantalla de la computadora muestran el cerebro en el acto mismo de pensar. Así, es posible observar y trazar el movimiento de los pensamientos como muchas islas con vida. Ahora bien, ¿está la tecnología realmente mostrándonos un cerebro pensando? Es más, si admitimos que el cerebro es quien está pensando, ¿qué está haciendo el paciente cuando el cerebro permanece tan ocupado?