Te me sales por la boca mujer tan lento, que hasta saliva en ella tu nombre. Y no puedo alcanzarte aún así en esta despedida interminable, tan contradictoria, en la que te me sales tan lento por la boca... En este poemario, la autora pretende dar protagonismo a ese álter ego que a veces quiere encontrarnos, pero también a esa necesidad de evadirnos, de dejar fluir fantasías ilícitas, impúdicas y lujuriosas, y a palpar el anhelo desde el aliento. Gracias a las tres “s”: sensualidad, sensibilidad y sentimiento, y, sin necesidad de decirlo ni de gritarlo, el lector se sumergirá, huyendo y calmando su ávida sed, entre estos versos que en silencio se derraman. ¡Déjate sedHuir!
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